miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mil rosas

Ajeno a la cordura,
con la pasión al hombro ensangrentado por breves mordeduras de placer,
camina.
Nadie le ha dado un nombre a lo que siento.
Todavía retumban en la plaza
las aguas silenciosas del olvido,
ciegas en la distancia de los cuerpos.
Nadie me ah despojado de nada.
No hay más verdad que la que llevo a cuestas,
con los ojos abiertos y la frase humilde.
Porque te quiero
nunca en el hartazgo del amor conoció el límite,
el resplandor inmóvil del ahorcado.
El solo es un cuerpo y su pregunta.
Ella, una ofrenda y una túnica de esparto.
Ella, la menor de todas las hermanas de la tierra,
pero la mas bella la que acaba de nacer y pide un canto,
un canto que tengo en mi corazón
yo el que teje de día los hilos translúcidos de las mareas,
el que teje de noche
el manto negro del amor inmóvil.
el, con mil rosas implora una vasija donde albergar
todo este cariño que se derrama de mi alma
que se va extrayendo con una espina de rosa
una de las mil rosas que nunca te daré
una de las mil rosas que tengo para ti
una de las mil rosas, tan rojas tan bellas
pero ninguna tan bella como ella
por que ella es mas bella que mil rosas

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